dimarts, 10 de juliol del 2012

Encuentro fugaz

En los últimos tiempos he recibido (en el mail de La Sonrisa en Diagonal - ziggy@wannadoo.es) algunos correos con relatos para ser difundidos en este blog. Entre ellos destacó este de una chica, Jana Moravia, quien tiene una visión muy peculiar de lo que es un encuentro esporádico y sensual. Disfrutadlo.


Los Pájaros


Desde el cielo anaranjado de Oddity, los pájaros ven desde las alturas cómo tu mirada es lasciva y penetrante. Ven cómo te acercas a mí con descaro, cómo invades mi espacio personal como si lo hubieses hecho toda la vida. También escuchan cómo me dices tu nombre y yo el mío. Cómo nos abrazamos y nos besamos, cómo nos alejamos, cogidos de la mano.

Nos siguen, y ven que salimos del parque y que caminamos por la avenida del “Encuentro inesperado”. Nos los encontramos también en la puerta del hotel y les escuchamos revolotear, impacientes, preguntándose cual debe ser nuestra habitación. Les da tiempo de ver cómo nos besamos ante el ascensor, cómo nos abrazamos y cómo te susurro algo al oído que te hace sonreír, antes de que se cierren las puertas.

Se pierden cómo, al cerrarse las puertas, desatamos nuestra pasión incontroladamente y cómo nos recomponemos la ropa algunos segundos después, al volver a abrirse estas. Los pájaros tampoco pueden ver cómo corremos hacia la habitación, cómo abro la puerta con torpeza y cómo nos desnudamos mutuamente.

Nos hallan finalmente cuando ya estás haciendo deliciosas maldades en mi entrepierna. Se posan en la ventana y contemplan cómo nos colocamos encima del otro y cómo cambiamos de posición hasta que ambos aullamos de pasión y nos abrazamos, sudorosos, en la cama.

Nos ven a través del cristal como una masa indefinida de carne sudorosa y ardiente, unida por un placer momentáneo y fugaz. Nos miran y no son capaces de ver quien es el macho y quien es la hembra. Pero… ¿eres tú capaz de adivinarlo?